Cuando planeas introducir hortalizas en la alimentación del bebé debes recordar que las adecuadas al principio son las clásicas papas, zanahorias y zapallos. Cuando el bebé ya tiene cerca de un año se puede comenzar a darle de manera intercalada puerros, tomates, acelga y espinaca. Si ha tenido una buena aceptación de las verduras que le hemos dado hasta el momento también podremos incorporar a su dieta apio, berenjena y coliflor teniendo en cuenta que estas últimas verduras pueden producirle gases.
Es casi inevitable que las verduras traigan restos de pesticidas, cosa que es preocupante al momento de preparar la papilla del bebé, ya que el delicado aparato digestivo de un niño se resiente más que el del adulto. Por esto es muy importante mantener una buena higiene y lavar bien las verduras bajo el agua, y por último darles un enjuague con agua con limón.
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